Primer Informe iberoamericano sobre IA en el sector editorial: la urgencia de consensuar un marco regulatorio

El 87% de las personas encuestadas considera urgente establecer un marco regulatorio para el uso de la IA en el ámbito editorial

La primera investigación de alcance iberoamericano que examina el modo en que la Inteligencia Artificial generativa es utilizada y percibida por los trabajadores del ecosistema del libro, y sus posibles impactos, arrojó entre sus principales resultados que “el 87% de las personas encuestadas considera urgente establecer un marco regulatorio para el uso de la IA en el ámbito editorial” y que “la capacitación y​ la creación​ de códigos de buenas prácticas deben ser prioritarias”.

En total, relevaron 2.012 respuestas de trabajadores de una amplia diversidad de roles, tales como escritura, ilustración, traducción, diseño gráfico, diagramación, edición, corrección, distribución, prensa y comunicación y la actividad librera, entre otros.

“Titulamos el informe ‘Navegando lo incierto’, porque nos pareció que daba cuenta del estado de situación, todos los actores están navegando en el incierto. A veces abrazan la tecnología con más optimismo y a veces con más pesimismo, pero todos están en una situación de mucha incertidumbre, porque hay muchas transformaciones y porque falta mucha capacitación y discusión sectorial acerca de cómo y hasta dónde usar la IA. No hay pautas claras, prácticas, costumbres acerca de cómo usarla. Eso es lo que se tiene que empezar a generar ahora”, dijo en diálogo con Señalador uno de los coautores del informe y director del Centro de Estudios y Políticas Públicas del Libro de la UNSAM, Alejandro Dujovne.

Por su parte, otro coautor y director de Ecosistema Editorial del Cerlalc, José Diego González, añadió: “Consideramos esta encuesta y este informe como un punto de partida para empezar a diseñar una hoja de ruta que nos lleve a pensar cuestiones de regulación, de códigos, de buenas prácticas, de cómo hablamos también con estos actores de la tecnología que no están en nuestros ámbitos geográficos, pero tienen una influencia muy directa que nos pertenece a este sector».

«El llamado que hacemos es que la IA es una herramienta con mucho potencial, pero los actores deberíamos tener la capacidad de pensar cómo queremos adoptar esa herramienta y lo importante es empezar a dar las discusiones muy pronto, la respuesta debe construirse desde la región como conjunto de países”, completó.

La investigación, pionera, contó con una colaboración sin precedentes de​ 48 organizaciones gremiales y profesionales, y se plantea como un insumo clave para el diseño de políticas públicas y estrategias gremiales que orienten un uso justo, ético y sostenible de esta tecnología en el mundo del libro.

Entre los resultados, hallaron que el uso de la inteligencia artificial generativa en el sector editorial iberoamericano aún se encuentra en una etapa incipiente, ya que la mitad de personas encuestadas dijo haber utilizado esta tecnología al menos una vez en su trabajo, por lo que infieren que su adopción aún no está generalizada ni consolidada en el ecosistema del libro.

No obstante, entre quienes no la utilizaron hasta el momento, más de la mitad manifestó en la encuesta “estar dispuesta a hacerlo en el futuro”.

En esa línea, aunque más 50% de las personas encuestadas aún no recibió formación específica en herramientas de IA generativa, manifestaron su disposición a capacitarse.

Por otra parte, “la principal preocupación del sector es la infracción al derecho de autor, incluso entre quienes no perciben regalías”; y “quienes se dedican a la traducción y a la ilustración manifiestan una percepción más crítica y preocupada frente al impacto de la IA generativa, y reportan con mayor frecuencia efectos negativos sobre su trabajo”, precisaron en el documento.

José Diego González Mendoza, Alejandro Dujovne y Valentina Cuneo, autores del informe.
José Diego González Mendoza, Alejandro Dujovne y Valentina Cuneo, autores del informe. Gentileza: Prensa Cerlalc

Mas cifras sobre usos y percepciones de la IA en el sector editorial iberoamericano

  • 35% de quienes trabajan en distribución indicaron que el uso de la IA les permitió reducir la cantidad de trabajo. 
  • 66% de quienes trabajan en librerías está interesado en capacitarse sobre IA generativa. 
  • Entre el 32% y el 34% de quienes trabajan en prensa y comunicación; corrección y edición de mesa, y distribución usan la IA generativa de forma diaria o semanal: son los roles que registran los niveles más altos de uso frecuente. 
  • 86% de las personas que se dedican a la ilustración manifestaron estar preocupadas por la infracción de derechos de autor. 
  • 74% optó por educación y capacitación como uno de los mecanismos para promover un uso transparente y responsable de la IA generativa en el sector.

El informe fue un desafío importante porque implicó trabajar en algo que estaba transformándose en tiempo real y que a su vez tiene impactos tan variados en tantas dimensiones y tan profundos, que, si no hay alguna clase de mapeo o radiografía que nos permita comprender cómo funciona, no tenemos bases ciertas para empezar a discutirlo y menos para proponer políticas y acciones para aprovechar sus potencialidades y al mismo tiempo mitigar sus efectos más nocivos, que los tiene y muchos”, añadió el experto de la UNSAM, quien es también doctor en ciencias sociales e investigador de Conicet.

En la encuesta, los países con los mercados más grandes (Argentina, México y, en menor medida, Colombia) concentraron la mayor cantidad de respuestas. En conjunto acumularon poco más de la mitad del total (51,7%). Le siguen el resto de los países de la región, con Chile y Perú a la cabeza, a excepción de España, ya que su participación fue menor en relación con su peso real en el mercado del libro en español.

“En Iberoamérica hay enormes asimetrías entre los distintos mercados del libro, pero uno de sus rasgos comunes son su atomización y polarización”, explicó González, quien también es literato de la Universidad de los Andes y máster en edición de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.

En ese sentido, graficó que “si pensamos en editoriales, nuestros mercados están conformados por muchas editoriales muy pequeñas, para las que es muy difícil ganar escala o convertirse en editoriales medianas, y unas pocas editoriales muy grandes que tienen el mayor peso dentro del mercado. Además, tenemos muy pocas librerías y están muy concentradas en centros urbanos, e inclusive dentro de los centros urbanos están concentradas en determinadas zonas, y eso condiciona mucho la circulación del libro”, puntualizó el investigador.

El sector editorial argentino y la IA

“Argentina tiene un mercado editorial muy castigado en los últimos años, con limitaciones para su crecimiento y diversificación. La economía está asfixiando a la industria del libro, como a muchas otras áreas. El principal desafío en lo inmediato no pasa por la IA»
, explicó Dujovne.

Y completó: «El Estado nacional argentino no parece atento a intervenir en un sentido positivo: de generar políticas de promoción, de uso, de legislación. Está fascinado por la inteligencia artificial, pero de un modo muy básico, muy poco interesante, muy poco productivo. Y ahí hay un problema, pero hay un programa de trabajo posible que es la capacitación”.

Asimismo, subrayó que «la gran mayoría de actores, editoriales, librerías y trabajadores del libro, no tienen una economía demasiado grande, ni que les permita darse el lujo de invertir tiempo, dinero, energía en capacitarse porque están urgidos por otras cosas. Entonces ahí tiene que aparecer la organización sectorial y pública«.

La percepción de la IA para los lectores: alucinaciones, extrañezas y el riesgo de romper el contrato de lectura

En cuanto a los lectores y el uso de IA para la producción de libros “hay un cambio en la percepción que genera un alto nivel de incertidumbre y de extrañeza”, subrayó Dujovne y mencionó el caso que se conoció este año sobre un supuesto filósofo chino (Jianwei Xun), que después resultó falso al revelarse que era producto de un ensayista italiano que, en diálogo con la inteligencia artificial, había generado la teoría “Hipnocracia” y la atribuyó al autor ficticio.

“Ese caso da mucho para discutir. Por un lado, porque circuló y fue utilizado y, por otro, porque no hay nadie atrás, no hay una persona que haya reflexionado ¿a quién se lo atribuimos? ¿Hay una autoría o no hay autoría? Uno daba por sentado algo que ya no puede dar por sentado, que es que en el fondo, al leer un texto, uno está entrando en un diálogo con una persona muerta o viva, pero con una persona al fin, que tuvo una historia, experiencias y se hace cargo de lo que dice. Eso está mutando”, advirtió Dujovne.

Al generar una idea de cero con el Chat GPT y otros motores de búsqueda no se sabe qué fuentes utilizó, si usa textuales, ni si genera información falsa, enumeró el especialista.

“Ahora hay un problema serio con eso -enfatizó-. Generan lo que llaman alucinaciones, de repente inventan cosas que suenan muy coherentes, pero que no son reales. Y el contrato de lectura se quiebra”.

Por su parte, González indicó que “hay una necesidad de informar sobre el uso de IA a los lectores».

Y concluyó: «Es muy importante esa transparencia y tendrá que llegar vía regulación o a través de acuerdos en la industria. El sector en el ámbito internacional ya lo está pensando en la medida en que existe un estándar para comunicar los metadatos bibliográficos entre los actores de la cadena de valor del libro, llamado Onix para libros”.