«Letraheridas es para las autoras y las editoriales un lugar donde se las escucha, se las reconoce y se las celebra»

A partir de hoy, lunes 20 y hasta el viernes 25, pasarán por la librería Katakrak las autoras de la 7ª edición de Letraheridas, el festival de mujeres que agitan el panorama editorial. Sus organizadoras, Nerea Madariaga y Carolina Otamendi nos contaron detalles y reflexionaron sobre la importancia de un festival feminista como este.

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Nerea Madariaga y Carolina Otamendi – Pamplona, Octubre.Rocío Wittib

Comenzó la séptima edición de Letraheridas, el festival pamplonés de autoras que agitan el panorama editorial. La nueva edición se inauguró el pasado sábado 18 en la Escuela de Teatro de Navarra (ETN) con la pieza escénica ‘Las almejas hablan’, de Carmen Rojas y Karelis Zambrano.

A partir de hoy, lunes 20 y hasta el viernes 25, pasarán por la librería Katakrak diez autoras entre ellas, Stefanía Caro, Laura Chivite, Sara Barquinero, Laura Fernández, Esther Calderón, Belén López Peiró, Fer Rivas, Andrea Fernández Plata, Júlia Peró y Garazi Albizua.

Letraheridas llegó a la escena cultural de Pamplona en 2019 de la mano de Nerea Madariaga y Carolina Otamendi. El evento propone una puesta en valor de la narrativa que están escribiendo las autoras “desde una cuestión de género (lo que las mujeres están articulando en el panorama editorial), desde una cuestión literaria (la gran calidad de la literatura que están generando) y desde una cuestión cultural y social (el valor que esto tiene en el mundo en el que vivimos hoy)”.

7 años, 70 autoras. “Eso nos da una foto de lo que es la historia literaria en lengua española de este siglo. Y esto es Letraheridas, celebrar que estas son las voces que queremos escuchar”, dijo Nerea Madariaga a Señalador.

Charlamos con sus organizadoras los días previos al festival, entre nervios, ganas y celebrando ‘Confluencias’ uno de los varios encuentros que han nacido de Letraheridas, nos contaron detalles, reflexionaron sobre la importancia de un festival feminista que pone el foco en las escritoras y nos contaron cómo creció Letraheridas en estos 7 años. 

Señalador: ¿Qué balance hacen desde Letraheridas ante su séptima edición?

Nerea Madariaga: El balance ha sido espectacular en tanto y en cuanto lo ha sido y lo está siendo el propio movimiento literario-artístico de las autoras, de las mujeres. El festival nace en paralelo a este movimiento, sobre todo en narrativa, liderado para nosotras indiscutiblemente por las autoras. El movimiento no ha parado de crecer. Todas esas voces diversas, estatales y latinoamericanas en la ficción, todas las narrativas del yo, todas las distintas capas de lo que es hacer narrativa, también unifican de alguna forma un corpus literario y un corpus ideológico y político. Que es una forma de escribir y una forma de dirigir la mirada hacia muchísimos temas que nos atraviesan también como lectoras. 

En ese sentido no diríamos tampoco que el festival se adelantó, ni fue visionaria ni pionera, pero sí que es verdad que hace ocho años el movimiento no era tan apabullante como ahora, sino que ha ido acompañando y ha ido confirmando lo que nosotras de alguna manera intuíamos qué había que celebrar y dónde había que poner el foco.

Además también hemos asistido de forma muy bella al hecho de que desde Letraheridas siempre hemos tendido a fijarnos en las voces que ya eran referentes o que estaban siendo referentes, y las nuevas voces que aparecían. En ese sentido también hemos podido ver cómo el festival ha acompañado a las autoras. En una primera edición, Sabina Urraca estuvo con ‘Las niñas prodigio’ y siete años después se consolida con ‘El celo’, que es una de las, para mí, mejores obras en lo que vamos de siglo a nivel novela. O Rosario Villajos que estuvo con ‘Ramona’ y que después ha estado con ‘Educación Física’, ganador del Premio Biblioteca Breve y así con muchas. Andrea Abreu con Panza de burro o Eva Baltasar. Y luego conjugábamos con estos talentos también que ya estaban, como Belén Gopegui, Marta Sanz, Elvira Lindo. Y luego pues estas grandísimas voces latinoamericanas que hemos también tenido como María Fernanda Ampuero, Mónica Ojeda, Cristina Rivera Ganza, en fin, atendimos no solo a lo nuevo, no solo a lo emergente, sino a lo que ya está y cómo todo esto se interrelaciona, creando, como digo, este movimiento espectacular. 

Nerea Madariaga y Carolina Otamendi – Pamplona, Octubre.Rocío Wittib

S.: ¿Alguna novedad para esta edición? 

N.M.: Sí, tenemos una novedad importante, sobre todo en cuanto a la parte escénica. Desde la segunda edición hacemos una clausura o una inauguración con una pieza escénica. Hemos tenido obras de teatro, como la de Nerea Pérez de las Heras, también trajimos podcasts feministas, como Deforme Semanal o Las hijas de Felipe, y un concierto, como el de Cristina Rosenvinge, el año pasado. Estas colaboraciones las hemos estado haciendo con el Teatro Gayarre hasta ahora, y nos queríamos abrir también a otros espacios escénicos de Iruña, de Navarra, y plantear otras alianzas también, y diversificar así los públicos y los espacios. Entonces inauguramos una colaboración este año con la Escuela Navarra de Teatro, que aparte de ser un centro de formación fundamental, actoral, interpretativo, escénico, en todas sus disciplinas, es también un teatro y una sala fantástica, y además aquí, en el corazón del Casco Viejo, con quienes hacemos este cambio de tercio. Este año hacemos una inauguración con Carmen Rojas y Kareliz Zambrano que presentarán “Las almejas que hablan”, una pieza que además de estar atravesada por un discurso feminista muy potente, no deja de ser también una pieza cómica y una pieza visual potente, sobre todo por el trabajo que hacen con el cuerpo. 

También mantenemos el taller, porque nos parece importante aprovechar que traemos a estas escritoras para que una de ellas pueda impartir un taller, donde se puede pasar una mañana también en la sala de Katakrak disfrutando de una masterclass, en esta edición con Júlia Peró. 

S.: El proyecto creció, pasó de ser una hija a ser madre de otros eventos como ‘Oh, diosas amadas’, ‘La risa lista’ y ‘Confluencias’. ¿Cómo fue este crecimiento desde dentro? 

N.M.: Letraheridas ha trascendido también solo al festival, porque ya es como una especie de familia, una comunidad, porque de ahí han salido otros programa, sí, otras hijas, como los encuentros de ‘Oh, diosas amadas’, donde las autoras que traemos hablan una autora sin una conferencia académica ni de experta, sino desde el amor literario. Era algo que veíamos que podía tener sentido porque en la genealogía literaria feminista hay muchos huecos, muchas ausencias, muchas injusticias y muchas cosas por reparar de enormes autoras que no se conocen. Ahora también hemos sumado ‘Confluencias’, que es un ciclo para pensar desde otras artes, desde otros discursos, desde otras disciplinas, desde otras plataformas. La gente entiende Letraheridas como una marca cultural, aunque no me guste la palabra y también, hemos conseguido una credibilidad programática con lo que hacemos. ‘La risa lista’, es un ciclo de comedia feminista, no solo la que hacen las cómicas per se, sino también la que hacen las actrices, comunicadoras o escritoras. Letraheridas es una interseccionalidad entre diferentes ramas del feminismo cultural que se cruzan.

En México hay unas compañeras que están haciendo un proyecto inspirado en ‘Oh diosas amadas’. También ‘Demoleer’, el primer Festival Feminista de Literatura de la Región de Murcia, que lleva dos ediciones, está inspirado en Letraheridas, y eso es genial porque vamos expandiendo todo esto y vamos entrecruzándonos todas. Es un valor hacer esto desde Pamplona, porque hemos conseguido descentralizar la cultura, que no es fácil, porque todos los grandes proyectos o todos los grandes nombres van a Madrid y Barcelona, y aquí hemos traído a las estrellas literarias, referentes, desde luego, indiscutibles. Han venido a Pamplona que no estaba en el mapa del circuito cultural o literario, pero que ahora está

Carolina Otamendi y Nerea Madariaga – Pamplona, Octubre.Rocío Wittib

S.: Conectando con eso, ¿cómo se sitúa Letraheridas dentro del panorama estatal?

N.M.: No es fácil, es un camino pasito a pasito, de hormiguita. Empezamos a pensar en Letraheridas en 2017 y en 2019 lo concretamos. Años después ya casi estamos más cerca de los diez años que del nacimiento. Es fuerte, en nada estaremos, si la vida, primero y nosotras y el público nos sigue acompañando, estaremos en ese décimo aniversario. Seguimos aquí, tenemos un lugar. Desde luego en el sector editorial somos importantes, dentro de lo importante que puede ser para una editorial un festival de visibilidad y que tiene la capacidad convocatoria que tiene Letraheridas con los medios locales y también a veces nacionales. Y ocurre también en un mundo editorial tan sobrecargado, con tantísimas publicaciones y tan poca capacidad de ser absorbido. Letraheridas es para las autoras y para las editoriales un espacio donde se les escucha, se las reconoce y se las celebra

Sí que nosotras hemos notado que ese músculo que ha ganado el festival en el sentido de reconocimiento, de trayectoria, de credibilidad, de calidad, se refleja en que, vamos, a día de hoy tendrías que ser Arturo Pérez Reverte para no conocer el festival.

S.: ¿Cómo hacen para hacer, las dos solas, este festival desde Pamplona?

N.M.: Me parece tan importante resaltar eso. Nosotras por más éxito que tenga el festival, no hemos podido generar puestos de trabajo. Sí hemos generado en cuanto a la fotografía y vídeo, algo. Y también generamos, lógicamente, todo el espacio para las invitadas y para todas las que vienen. 

Luego, Carol y yo, al final, venimos de ser amigas antes que socias o compañeras de trabajo y eso, efectivamente, yo creo que es importante señalarlo porque si no, probablemente no hubiéramos llegado hasta aquí. Es decir, nos conocemos bien, nos compenetramos bien, nos diversificamos bien las tareas y tenemos talentos diferentes que la una le reconoce a la otra y que en los momentos de crisis, soledades, incertidumbres o lo que sea, porque no es fácil sacar adelante todo lo que hacemos, pues lo hemos sostenido y lo hemos salvado por una cuestión afectiva y eso es importante y es político también porque es una manera de cambiar las estructuras de trabajo, donde importen las personas.

El festival a Carol y a mí nos ha permitido pensar la amistad. Nos ha hecho pensar los vínculos también, y eso es interesante. Porque las vidas y el trabajo nos absorben, incluso en lo que hacemos porque queremos hacerlo también ahí hay desgastes y en que el cuidado realmente feminista del que hablamos esté en el centro y eso de verdad que no sea un cliché que no sea un eslogan sino que sea algo real.

S.: Imagino que tiene sentido también para ustedes como organizadoras hacer estos encuentros en este contexto de avance de la ultraderecha.

N.M.: Sí, completamente. Porque de alguna manera, en 2019 veníamos de la ola de 2018, el feminismo estaba en una situación no tan amenazada. Ahora estamos asistiendo a una amenaza tanto el feminismo, como los derechos humanos. Y creo que es importante que estemos alerta y que estemos activistas. En esos términos, entendemos la cultura como activismo, reflexión. Y todas estas mujeres artistas que traemos también, a su vez, generan discurso para combatir los que promueven odio, destrucción, desunión y atentan contra la otredad que es diferente, que son las mujeres o los inmigrantes o todas las diversidades sexuales en conjunto. Tenemos que estar muy conscientes de que esto no es una broma. En muchos países ya están gobernando, aquí Vox está creciendo en las encuestas, es decir, estamos preocupadas, como ciudadanas, más allá que como agentes culturales. Pensamos que espacios como Letraheridas no dejan de ser una forma de combatir a la ultraderecha, de ampliar el pensamiento, de pensarnos desde tantos ángulos, y en colectivo, y haciendo, además del feminismo un punto de encuentro y una invitación a todas, a todos y a todes.

S.: El diseño y la imagen del festival también tiene mucho peso y le dan mucha importancia, ¿cómo lo trabajan?

C.O.: A mí esa es la parte que más me gusta. No se puede condensar todo en un único cartel, y me gusta más hacer uno por día, porque creo que al final, cada día es como un pequeño mundo. Me acuerdo de una frase de Nerea que una vez dijo que teníamos que hacer que la literatura sea sexy. Y creo que es un poco lo que muchas veces en lo literario se ha perdido, o por lo menos en el cartel, en la estética. Nos acordamos de los carteles de Reading is sexy de Gallo Nero, que son unos carteles buenísimos. Ese es un poco también nuestro objetivo, intentar hacer que tenga todo un pequeño empaque atractivo.

N.M.: Sí, la gente reconoce Letraheridas por el diseño, totalmente. Es interesante también ver la evolución de los carteles. Creo que cuentan también una historia que Carol ha ido creando. Un año exploró los minerales, el año pasado las cimas de las montañas, este año con ese animalario sobre todo centrado en insectos y en animales o especies que tienen esta capacidad de mutación, de transformación. Que a veces te pican como el escorpión, y que son delicados, y que a la vez son fuertes. Las mariposas, las larvas que son minuciosas en la construcción de sus novelas, como las hormigas o las termitas, que a la vez lo devoran todo como el caso de Garazi Albizua. Y también la tortuga, que es como alguien que avanza despacio, que es lo que queremos hacer en el taller de Julia Peró, pensarnos despacio. Hay un concepto y hay un discurso. 

S.: ¿Tienen alguna autora pendiente? 
Carol: A mi me encantaría Mariana Enriquez. 
Nerea: Yo tengo una espina clavada en el pecho por Sara Mesa. Ella lo sabe lo sabe porque hemos hablado. He hablado con ella más que con algunas primas mías, es decir, buscándola para Letraheridas y se lo dije yo lo siento Sara pero hasta que tú no vengas Letraheridas seguiremos haciendo el festival. Y ella me dijo pues no iré nunca porque así continuará. Yo le respondí que no tiene sentido para mí hacer un festival de autoras en el que no esté ella. Sara es una historia pendiente personal y que es encantadora y que le encanta el festival pero que no se ha dado todavía. También ha habido dos highlights así muy fuertes sobre todo Chantal Maillard. Hablé con ella, yo quería traerla con Menchu Gutiérrez. Y luego también quisiera a Camila Sosa Villada o Gabriela Cabezón Cámara.